Decía Janet en 1919 que trauma es el resultado a la exposición de un acontecimiento estresante que nos resulta inevitable y que supera nuestros mecanismos de afrontamiento. Esta definición sigue siendo válida en nuestros días. Como no podemos hacer frente a aquello que nos ocurre tampoco, podemos integrar ese acontecimiento y lo apartamos de nuestra consciencia ordinaria, guardándolo como percepciones, imágenes, percepciones somáticas que notamos en nuestro cuerpo y respuestas conductuales a veces fuera de lugar, sintiendo entonces, aquello que nos ocurre como algo a lo que no damos sentido. No sabemos por qué nos pasa. Aunque el trauma sea algo del pasado, sigue inacabado en nuestro presente, algo sin terminar que causa síntomas ahora.